Discurso del graduado, Ing. Marcelo Furlan
Fue emitido el miércoles 3 de julio, en el marco de la octava colación de grado de UTN BA.
“Muy buenas noches, autoridades de la facultad, docentes, no docentes, público en general, queridos nuevos colegas.
Veo aquí graduados muy jóvenes, así que esta debe ser seguramente de las primeras colaciones donde vemos a ingenieros que pertenecen a la generación de los centennials, reconocida como la primera generación de nativos digitales, que desde chicos, han desarrollado habilidades con la tecnología, acompañada de una mentalidad globalizada.
A finales de la década de los 90, cuando varios de ustedes eran lactantes, Internet experimentaba un desarrollo exponencial, abarcando a unos 140 países con aprox. 70 millones de usuarios. Números que hoy parecen ciertamente modestos, pero que en aquel entonces marcaron el nacimiento de una nueva era.
Ahora, viajemos por un momento a una década antes de aquello, a la segunda mitad de los años 80, cuando con mis compañeros de entonces recibíamos aquí mismo, nuestros títulos de ingenieros. En esos años, los paradigmas que regían nuestras vidas eran muy distintos: En primer lugar: El ideal era encontrar un trabajo estable y quedarse allí por muchos años. La estabilidad laboral era considerada un gran valor, tanto por parte de quienes dirigían a las empresas como por sus empleados. En segundo término: El trabajo de un profesional requería en general cumplir metas exigentes y una alta dedicación, dejando poco espacio para el disfrute personal. Y finalmente: La vida de un profesional se regía por etapas definidas: graduarse, conseguir un buen trabajo, formar una familia.
En solo un par de generaciones, estos paradigmas han cambiado radicalmente. Hoy en día, es habitual ver altos niveles de rotación en los trabajos, las empresas suelen ofrecer
facilidades para el descanso o el disfrute personal, como un modo de captar y retener talento, y la vida del profesional ya no se planifica en etapas, sino que es un fluir continuo
donde todo -el estudio, el trabajo, la vida familiar- coexiste naturalmente.
Permítanme algunas reflexiones sobre cómo este cambio de paradigmas ha impactado en la educación universitaria y en el trabajo. Cuando me gradué, había en el mercado laboral unas pocas especialidades para cada ingeniería, lo que permitía adquirir experiencia -si uno se lo proponía- en varias de ellas. Actualmente, las especialidades en las distintas carreras se han multiplicado varias veces, y aún más las subespecialidades, lo que obliga a una actualización constante, a través de seminarios, cursos, postgrados y doctorados, que ciertamente esta facultad – me consta- ofrece variadas y de muy buen nivel.
No será raro ver, incluso, que en los próximos años, varios de Uds. obtengan más de un título de grado -y no necesariamente dentro de la ingeniería-. ¿Y qué está sucediendo en el campo laboral? Bueno, la Cuarta Revolución Industrial que actualmente estamos transitando, está transformando la manera en que se diseñan, se producen, se distribuyen y se comercializan bienes y servicios. La inteligencia artificial, el Internet de las Cosas, el machine learning y la robótica avanzada son los pilares de esta nueva revolución. Todo esto trae consigo cambios profundos que implican crisis, pero también grandes oportunidades.
Según el Foro Económico Mundial, la adopción de estas nuevas tecnologías emergentes creará en los próximos 4 años alrededor de 69 millones de nuevos empleos en el mundo, aunque también estas tecnologías reemplazarán aproximadamente 83 millones de empleos existentes. Los sectores con mayor crecimiento en la creación de empleos -dice el foro económico mundial- incluyen la tecnología, la energía verde y el comercio digital.
Para enfrentar estos cambios, este Foro destaca la importancia de la capacitación en pensamiento analítico, la innovación y las competencias tecnológicas, como esenciales para ser considerados profesionales de alto valor en el mercado laboral que se viene. Y en esto queridos nuevos colegas, Uds. disponen de las herramientas que esta universidad les ha brindado como para ofrecer un plus en este mercado laboral tan desafiante. Con todos estos cambios tan radicales que se han dado en menos de 40 años, la pregunta que nos surge es: ¿cómo imaginamos que será el mundo dentro de 30 o 40 años?
Cuando yo me gradué, si alguien en ese momento me hubiese dicho que en solo dos generaciones la capacidad de proceso y almacenamiento de una computadora que en esos años ocupaba unos 10 m3, y un peso de más de una tonelada, iba a poder reducirse a un dispositivo de 150 gramos y de menos de 100 cm3, y además accesible a más de 5000millones de personas, hubiese dicho sin dudarlo, eso es imposible.
Entonces, ¿será también un imposible que en dos o tres generaciones más, por ejemplo la vida humana se extienda más allá de los 130 años? ¿Que existan vacunas universales que eliminen a todas las enfermedades, incluso el cáncer, las neurológicas o las inmunodeficientes? ¿Que a través de la edición genética del ADN en etapas tempranas del embrión humano se pueda eliminar cualquier malformación antes del nacimiento? Que ya no habrá más vehículos basados en un motor y ruedas, sino en cápsulas antigravitacionales impulsadas por algún tipo de energía limpia? ¿O que nacerán los primeros bebés en el planeta Marte o en alguna luna de Júpiter, como parte de la colonización de nuestro sistema solar? ¿Y cuántas cosas más habrá en el futuro que ahora ni siquiera las imaginamos?, del mismo modo que hasta hace unos años atrás, no imaginamos, por ejemplo, la aparición de las criptomonedas, el metaverso, o la realidad aumentada.
Lo único cierto, es que ustedes, los nuevos ingenieros tecnológicos, estarán en el corazón de toda esta profunda transformación que se viene. Espero y sinceramente deseo que cada uno de ustedes encuentre un camino lleno de éxito, innovación y prosperidad en todos sus futuros emprendimientos, y que cada desafío lo conviertan en una oportunidad para alcanzar nuevas metas.
Felicitaciones a todos.
Muchas gracias.”