Oliveto: “El Aula Magna es nuestro corazón, acá empezó todo”
Durante el acto de reinauguración de esa parte del edificio histórico de la Facultad, el Decano destacó la importancia de poner en valor ese lugar clave en la historia de la familia tecnológica.
Durante el acto de reinauguración del Aula Magna de la sede Medrano de la UTNBA, que se realizó ayer, el Decano de la Facultad, Guillermo Oliveto, detalló con emoción las obras que se hicieron para restaurar ese lugar emblemático en la historia de la comunidad tecnológica.
A continuación, compartimos la transcripción del discurso del Decano:
“Me gustaría que ustedes sintieran lo que yo siento en este momento. Me gustaría poder transmitírselos de manera tal que les llegue el orgullo que siento por tener el privilegio y la responsabilidad de conducir esta Casa de Estudio. Pero fundamentalmente de esta familia, esta comunidad organizada que somos, que supimos construir, que nos llena de satisfacción.
Esto no es una inauguración sino una reinauguración. El Aula Magna tiene una historia, que en algunos minutos me gustaría compartir, por lo menos algunas cosas.
El trabajo que se hizo en el frente del edificio es, en realidad, una primera etapa. La idea es seguir avanzando en el mejoramiento de la fachada de nuestra querida Facultad, que fue sede de la propia Universidad Tecnológica Nacional cuando se llamaba y era la Universidad Obrera Nacional.
El trabajo que se hizo en el frente, en el hall, en Ciencia y Tecnología, es un verdadero orgullo porque era una asignatura pendiente que teníamos con nuestros queridos investigadores: que tuvieran un espacio que les brindara la posibilidad de realizar reuniones y al mismo tiempo les permitiera trabajar en soledad, sobre todo con mucha tecnología.
El Aula Magna es nuestro corazón, es un lugar emblemático para nosotros porque es el lugar donde el fundador de esta Casa de Estudios, el General Juan Domingo Perón, diera su clase inaugural. Y en este lugar se inició todo. Acá fue donde empezó todo.
Acá fue en donde se diagramó una Universidad diferente a todas las demás para un país diferente, con una concepción de un modelo productivo en el que la Universidad Obrera tenía sentido. Hoy seguimos siendo, aunque con distinto nombre, diferente, única, federal, gratuita, pública; la Universidad de Ingeniería más grande del país. Acá se inició todo.
Y lo que tratamos de hacer durante la restauración fue respetar la arquitectura original, el valor original y edilicio, dotándolo de tecnología. Ya van a ver las luces, el sonido, y sobre todo la climatización. Porque todos los que están acá saben lo que significaba hacer un acto académico en junio, julio, mayo, agosto y también en verano. Nosotros siempre decíamos que el Aula Magna era calurosa en verano y fría en invierno. La calidez la poníamos nosotros cuando no nos importaba el frío que hacía y llevábamos adelante distintas actividades que hacen a la vida de la Facultad.
La verdad es que eso para nosotros fue un desafío, porque este es un lugar emblemático y muy difícil desde el punto de vista estructural. Fueron un desafío todas las cosas que emprendimos, desde la climatización hasta la iluminación. Pero después Juan Tiribelli va a explicar en detalle toda la obra que se llevó adelante.
Digo que el Aula Magna es emblemática porque para los tecnológicos, sobre todo para los de la última etapa, este es el lugar en donde fue electo por primera vez el Ingeniero Brotto. Acá también empezó su gestión. En esta Aula Magna fue elegido en el año 1993, el actual Rector de la Universidad y me parece emblemático porque esta es además, su casa. Lamentablemente hoy no pudo estar con nosotros pero hace poco le rendimos un justo homenaje porque cumplió 50 años de graduado de esta Casa de Estudios y es también un miembro de esta familia.
Este lugar vio muchas cosas: épocas difíciles, épocas tristes, épocas alegres de la Universidad, asambleas estudiantiles, sentadas, discusiones, asambleas de Facultad, actos, es lugar de ensayo del coro, de talleres de teatro. Acá se baila tango y también se discute política. La verdad es que de nuevo, siento un enorme orgullo y un enorme placer de haber recuperado el Aula Magna. No pudimos contar con ella por varios meses porque nos llevó mucho tiempo realizarla.
En esto quiero en principio agradecer a la Dirección de construcciones del Rectorado que siempre está apoyando, y de hecho hoy su directora se hizo presente. Pero fundamentalmente lo que quiero es agradecer a todos los miembros de esta familia y como digo siempre, a los no docentes, a los que conmueve verlos dar todo de sí para que todo esté bien. Eso no tiene precio.
La comunidad, la familia, pasó incomodidades durante varios meses. Estuvimos con polvo, con obras, con movimiento de gente, con oficinas improvisadas en distintos lugares, con actos llevados a cabo en otros lugares. Pero en todos estos meses no escuché una sola queja, al contrario, lo que escuchaba eran expresiones de deseo de que todo salga bien. Y ante cada pequeño contratiempo, esta comunidad lo que hace es mirar para adelante y tratar de solucionar los problemas.
Siempre recuerdo que hace poco menos de cuatro años se inundó mi casa; y lo que hicimos fue ponernos a sacar el agua, ponernos a trabajar y hace casi cuatro años, estábamos reinaugurando el subsuelo de Campus. Hoy, además de todo esto estamos a punto de inaugurar dos edificios más en Campus y tenemos algunas proyecciones más. Esto habla no sólo de la capacidad de reacción que tiene esta familia sino de la de planificación y de la de realización que tenemos.
Yo les dije cuando brindábamos luego de haber tenido el honor de haber sido reelecto en esta Facultad, que lo que venía era mejor. Y la verdad es que más allá de algunas circunstancias difíciles que nos tocan vivir, lo que está pasando es mejor. Es decir que en la medida de lo posible cumplimos, estamos tratando de que todo sea mejor. Y esto tiene que ver con un valor que fuimos construyendo con el tiempo en nuestra gestión.
En 2010 le propusimos a la comunidad un sueño que estaba plasmado en lo que llamábamos pomposamente el Master Plan, un plan maestro de obra. Y por primera vez le decíamos a nuestra comunidad, a nuestra familia, que teníamos un plan de crecimiento edilicio para la Facultad basado en una lógica que se debatió en los Departamentos y en el Consejo Directivo; que no nació de la imaginación de alguien o de la improvisación sino de algo que realmente nos daba un norte, eso es un plan. Dentro del Master Plan estaba esto que estamos reinaugurando hoy, o sea que lo que estamos haciendo es seguir con esa lógica.
Otro de los pilares que nos propusimos fue gestionar con calidad. Y una cosa que no pudimos compartir más allá de algún brindis a fin de año, en el asado, es que a raíz de todos los esfuerzos que hizo la comunidad el año pasado logramos ser Premio Nacional a la Calidad. Sin dudas es un desafío, más allá de poder decir que es un desafío cumplido, es un desafío permanente, porque la calidad es algo que se siente, no es algo que se compra, no es algo que se adquiere, no es algo que se obtiene. Es algo que nace de la convicción de la cabeza hasta el último de los integrantes de la familia tecnológica. Eso nos llevó a ganar el Premio Nacional a la Calidad. Pero fundamentalmente nos llevó a conocernos mejor, a llevarnos mejor entre nosotros, a saber lo que hace el otro, a comprender lo que hace y a dejar de lado pequeñas mezquindades.
Eso es lo que pretendemos para nuestra Casa. Eso es lo que toda la vida pretendimos para nuestra querida Universidad, y en el caso nuestro para nuestra querida Facultad: que todos conformemos una comunidad de intereses que tengan antes que nada a la araña tecnológica como bandera. Eso es lo que tratamos de llevar adelante.
Ahora nos planteamos un nuevo desafío que es ir por el Premio Iberoamericano a la Calidad. Esta es la primera institución educativa pública que se anima a incursionar en la difícil tarea de competir por ese galardón. Eso es orgullo tecnológico. E insisto con esta cuestión: yo soy una persona agradecida a la vida. A pesar de los avatares y de las situaciones y de las piedras que aparecen en el camino, no puedo menos que ser una agradecido de pertenecer a esta familia, de tener la responsabilidad de coordinar esfuerzos para que crezca cada vez más. Somos la Facultad de Ingeniería más grande del país, aspiramos a ser la mejor.