Estudiantes y docentes de la UTN Buenos Aires desarrollan un biodigestor
El destino es la generación de luz para sectores rurales.
Cinco estudiantes y dos docentes de la carrera de Ingeniería Mecánica de la UTN Buenos Aires se encuentran desarrollando el segundo prototipo de un biodigestor, dispositivo que tiene el objetivo principal de transformar materia orgánica en biogás, cuyo componente principal es el gas metano, que tiene un alto poder calorífico y sirve como combustible para distintas aplicaciones.
“Otro de los productos secundarios del biodigestor es lo que queda una vez que se produjo el gas, un muy potente fertilizante para el cultivo, -explicó el Ing. Néstor Ferré, de visita en el programa radial “Buenos Aires Tecnológica”-. Ingresa un sustrato al biodigestor que es una mezcla de materia orgánica y agua, como para tener una producción eficiente. Una vez que decae la eficiencia, se renueva el sustrato, y el desecho que ya produjo es utilizado como fertilizante, y es muy rico en elementos como el famoso NPK (Nitrógeno, Fósforo y Potasio). Se compone en una fase líquida y una fase sólida, biol y biosol, pero es lo que llamamos los barros, lo que no produce biogás porque bajó mucho su eficiencia”.
El Ing. Federico Gallo agregó que el biodigestor “nació como un proyecto de la cátedra Ingeniería Mecánica 2. Docentes y estudiantes lo hicimos con el objetivo de generar gas y analizarlo para ver si estábamos dentro de los parámetros normales de un biogás, con los parámetros de un biodigestor de buena calidad. Los probamos y ahora empezamos un prototipo más grande, mejor controlado. Le estamos poniendo electrónica y otros controles para poder, una vez que ya tenemos el gas, tener alguna aplicación posterior”.
Ferré explicó que “el biogás sin purificar es un gas que tiene un 60 por ciento de metano. El metano es un gas que se puede utilizar en la hornalla de la cocina, se puede usar para alimentar motores, se puede usar para iluminación. Tiene muchas aplicaciones. Nuestra aplicación principal hoy es tratar de generar luz con instrumentos construidos para biogás en sectores rurales donde hay animales de cría, y bosteo en cantidad, y utilizarlo para generar luz”.
El segundo dispositivo que prepara el grupo será probado con desechos de animales vacunos como sustrato base para el biodigestor. “Sabemos que los animales que generan esos desechos están alimentados con pasturas, principalmente, porque no queremos animales alimentados con alimento balanceado, -sostuvieron los ingenieros-. Probamos el primer prototipo y funcionó muy bien con el mismo sustrato. Así que el objetivo es mejorarlo en este segundo prototipo, que estamos terminando (está completado en un 80 por ciento). Una vez que el dispositivo se carga hay que esperar al menos un mes para generar una colonia bacteriogénica representativa que son las que van a producir el biogás”.
El proyecto fue una de las 10 iniciativas de la Facultad beneficiadas con la beca de “Innovación Social” de la Secretaría de Políticas Universitarias. “Esta beca nos va a permitir terminar el prototipo, introducir las mejoras necesarias desde los controles electrónicos, las bombas, los compresores que queremos poner al dispositivo, en función de mejorar la eficiencia del dispositivo y del rendimiento del gas”, concluyó Gallo.