Graduado de la UTNBA brindó la charla “De la UTN a Japón: Neurociencia e Ingeniería”
El Ing. Gastón Sivori obtuvo una beca para hacer un doctorado en el Okinawa Institute of Science and Technology y durante su estadía en Argentina ofreció una charla a estudiantes de la Facultad sobre su experiencia y las ventajas de estudiar en el extranjero.
El Ing. Gastón Sivori, graduado de la carrera de Ingeniería Electrónica de la UTN Buenos Aires, brindó el 6 de mayo en la sede Medrano de la Facultad, la charla “De la UTN a Japón: Neurociencia e Ingeniería”, destinada a estudiantes. Sivori obtuvo una beca en 2018 para hacer un doctorado en Japón, en el Okinawa Institute of Science and Technology (OIST), por lo que durante el evento relató sus primeras experiencias en el país asiático.
El Ing. Sivori realtó el trabajo previo realizado para irse a Japón. Además, buscó difundir el proceso de selección del OIST y brindar información a los alumnos sobre el programa de estudio, las modalidades de investigación y qué beneficios tienen los estudiantes a su alcance.
Cada año académico, el Instituto les ofrece a sus estudiantes la posibilidad de participar de una visita educativa. Un profesor puede, desde cualquier lugar del mundo, gestionar una invitación por correo electrónico, detallando lugar, fecha y hora, y el OIST te envía para que el alumno asista o brinde una charla.
“No era algo obligatorio pero sentí que era una buena oportunidad. Espero que esta charla fomente que los estudiantes se interioricen y participen en los proyectos de la Facultad, desarrollen actividades académicas, y que asistan a conferencias, porque esto es esencial para ser seleccionado en este tipo de becas”, explicó el Ing. Sivori.
Tras graduarse en 2017 trabajó como pasante de investigación en el Grupo de Investigación y Desarrollo en Bioingeniería (GIBIO) de la UTN Buenos Aires. Durante su carrera se presentó en la conferencia del Simposio Internacional de Procesamiento y Análisis de Información Médica junto con el Dr. Leandro Cymberknop, actual coordinador del GIBIO. Esas actividades le permitieron fortalecer su currículum lo suficiente para solicitar una beca.
“Desde lo académico estaba muy interesado en hacer un doctorado y, además, siempre había querido ir a Japón, así que cuando me gradué decidí viajar por tres meses para conocer. Cuando llegué a Okinawa me acerqué a OIST y su programa me cautivó porque es muy particular: el estudiante comienza el primer año con tres rotaciones por tres unidades distintas, de cuatro meses cada una, y trabaja en proyectos distintos. Esto sirve para conocer la dinámica de cada unidad, saber si estás interesado en unirte y empezar a hacer el trabajo de tesis ahí”, expresó Sivori.
“También tenemos un mentor académico –agregó- que nos ayuda en la selección que mejor se aplica a nosotros y donde nos sentiríamos más cómodos. Cuando regrese a Japón tendré la tercera rotación. El primer trabajo estuvo relacionado a neurociencia, el segundo con psiquiatría computacional, y el próximo será sobre redes neuronales, inspirados en lo biológico. Por lo general uno ya va con una unidad en mente, y esta tercera es en la que estoy interesado”.
Los estudiantes tienen, además de las 3 rotaciones, un año para pensar la propuesta de trabajo de tesis, y tres más para desarrollarlo.
Para aplicar a la beca, el postulante debe cargar su información online, incluyendo documentación, como pasaporte y diploma, publicaciones realizadas y cartas de recomendación.
Una vez finalizada esta primera etapa, el OIST lleva a los postulantes a Japón por una semana, con todos los gastos pagos. Allí los postulantes tienen 5 entrevistas con profesores, tres de los cuales son elegidos por el estudiante. En estos encuentros quien aplica debe demostrar un buen nivel de inglés, entendimiento de publicaciones e interés en los trabajos que se realizan en el instituto.
Luego de las entrevistas el OIST informa a los postulantes si fueron seleccionados a través de una carta de invitación formal.
Sivori, quien es el primer estudiante de la UTN y de Argentina en asistir al OIST, explicó que Japón “está buscando fomentar las ciencias en el país, y encontraron que Okinawa es un punto estratégico por las conexiones rápidas que tiene con todo Asia. El instituto tiene siete años de antigüedad y cubre hasta un monto de 1500 dólares por mudanza a los becados”.
Luego de visitar a su familia, el Graduado de la Facultad reconoció que lo más difícil, siendo de Argentina, es el viaje de regreso. “Se hace muy largo. Hay que tomar 3 o 4 aviones. Y acá se vive de una forma totalmente distinta. La vida en Japón es muy cómoda. Se te ofrece un lugar, yo comparto un departamento con un estudiante de China. El salario que te paga el instituto es muy competitivo con respecto a otros doctorados del mundo. Tengo la playa a tres minutos y el lugar es hermoso en cuanto a naturaleza e historia” concluyó Sivori.