Sergio Silvestri: “mi pasión es ayudar a que otros aprendan”
La UTN Buenos Aires cuenta con excelentes docentes, innovadores y comprometidos. La historia de Sergio Silvestri se presenta como un pequeño homenaje a todos ellos.
Desde hace 40 años se dedica a la docencia y frente a la pandemia ideó un sinnúmero de estrategias para atraer a sus alumnos: los despierta con mensajes de Telegram, hace trabajos en grupos virtuales, sube videos a YouTube y explora diferentes herramientas para mejorar sus clases.
Sergio Oscar Silvestri sale muy poco de su casa por estos días, camina por la terraza y, cada vez que tiene que dar clases de Física 1, su rutina comienza a las 7 de la mañana. Enciende la computadora, abre las seis o siete pestañas que necesita por clase y prueba que cada archivo que va a mostrar funcione. A las 8 de la mañana envía mensajes recordatorios a sus alumnos por Telegram, “porque a esa hora y con cursada virtual, hay que ir despertándolos”.
Para hacer sus clases más atractivas exploró todas las herramientas informáticas que tenía a su disposición, inclusive creó su propio canal de YouTube (https://www.youtube.com/user/sosilvestri) en el que sube videos explicativos de diferentes temas de la materia.
Silvestri comenzó a dar clases de Física 1 en la UTN Facultad Regional Buenos Aires en 2010. Antes era profesor de matemática, física y físico-química en el nivel secundario y también trabajó en nivel superior, formando a futuros profesores de matemática y física.
Lo que lo apasiona de enseñar, dice, es “poder ayudar a que otros aprendan. No creer que uno es el poseedor de la verdad sino tratar de acompañar, de ir aprendiendo juntos. La pasión viene por ese lado, por considerar que hay otros que tienen ganas de conocer, aprender e indagar”.
Lleva 40 años en la docencia pero no han sido cuatro décadas haciendo lo mismo: “hace 40 años no tenía esta edad, no tenía la experiencia, no tenía la familia que tengo y hay muchas cosas alrededor que van cambiando y que lo van cambiando a uno. El contexto social y el contexto donde uno trabaja, todo eso va cambiando. Sí es igual lo que está entre los alumnos y el docente, los contenidos. Pero uno se va adaptando, va modificando metodologías, y se va apasionando y entreteniendo”.
Para Silvestri la clave es disfrutar de enseñar: “esto es fundamental, porque como el trato no es con cosas ni materiales sino con personas, si uno no disfruta no le puede hacer disfrutar al otro en el tránsito de unas horas o unos años juntos”.
En la situación actual, en la que el encuentro personal en las aulas está vedado Silvestri consideró que “es difícil para todos desde lo emocional, no queremos estar encerrados. Emocionalmente estamos todos afectados, alumnos y docentes”, por lo que disfrutar de las clases se convirtió en el combustible necesario para sobrellevar el aislamiento.
“Hoy trabajé con seis salas en paralelo, dividí a todo el curso en seis grupos y visité cada una de las salas, vi las preguntas y lo que estaba haciendo cada grupo, por ejemplo. Eso no lo había hecho nunca en forma virtual. La exigencia de estar frente a la computadora, enganchar un link, otro link, atender las preguntas de los alumnos, estar atento al micrófono, la cámara, son muchas cosas en simultáneo. Eso en lo presencial no es tan exigente. Uno pasa por los grupos y listo. Pero más allá del cansancio, yo lo disfruté, me gustó. Hice una encuesta a los alumnos para ver qué les había pasado a ellos, y entre un 85 y 90 % en los dos cursos, dijeron que estuvo bueno y que volvamos a hacerlo. Entonces quiere decir que no es que yo lo disfrute porque fue un capricho mío, sino que a los alumnos les pareció bueno trabajar en grupo”.
Silvestri supo adaptarse y reinventar sus clases a la modalidad virtual, con una gran aceptación por parte de sus alumnos: “yo suelo mandarles un aviso por Telegram 15 minutos antes de que empiece la clase para que comiencen a prepararse. Luego la clase inicia con una actividad que tienen que hacer ellos, y por último arranca la videoconferencia. De manera que cuando se inicia la reunión virtual, todos o una gran parte, ya están metidos en la materia. Yo arranco la videoconferencia en horario y ellos también, a los 5 minutos de arrancar ya tengo 30 alumnos de un total de 34 o 35, con lo cual no me puedo quejar”.
El profesor de Física 1 utiliza en este contexto, al igual que otros docentes de la UTNBA, el campus virtual de la Facultad, y herramientas para mantener la atención de los alumnos, cambiar el ritmo, entretenerse y evitar que todas las clases sean iguales: “la Universidad ofrece Meet de Google, que funciona muy bien. Yo trato de indagar lo más que puedo en el aula virtual y voy aprendiendo, como lo grupal que hicimos en el aula virtual y que nunca lo habíamos hecho antes. Utilizo Kahoot, Mentimeter, Edpuzle, Socrative, Openboard (pizarra digital online)”.
A los largo de su carrera docente Silvestri supo integrar la tecnología al aula y hacerla una aliada: “hace 40 años, cuando empecé con la docencia, trabajaba con alumnos de entre 17 y 20 años y como en aquel entonces éramos cercanos en edad, teníamos un lenguaje en común. Eso nos permitía hablar con el mismo código y entendernos. Hoy tengo 62 años y mis alumnos siguen siendo de entre 17 a 21 años. Con lo cual, si no logro romper esta barrera generacional manejando la tecnología que usan los alumnos, no voy a poder captar su atención y que se sientan cómodos. A lo largo de la carrera yo me fui adaptando y el celular hoy por hoy nos brinda soluciones no sólo a los docentes y a los alumnos sino en todo orden, si uno lo sabe aprovechar. Hay que hacer del celular un aliado y no un enemigo”.
Silvestri destacó, además, el trabajo de la UTN Facultad Regional Buenos Aires ha hecho para garantizar la continuidad de las clases: “la Facultad reaccionó rápidamente y eso es importante. Más allá de las dificultades que acarrea a la institución este traspaso de lo presencial a lo virtual, los alumnos tienen una respuesta concreta. De esta forma demostraron que se puede modificar y se puede adaptar rápidamente. Esta es una situación de emergencia y frente a la emergencia hay que actuar. La institución tomó decisiones y eso es importante”.