Intercambio: la experiencia que puede transformar tu carrera

Dos estudiantes de la UTN Buenos Aires, que viajaron a España y Alemania, relataron sus vivencias y explicaron por qué creen que es una experiencia que todos deberían hacer.

Publicada el 24 de mayo de 2024. Categorías: Todas las noticias. Etiquetas: , , , , , , .

Dos estudiantes de la UTN Buenos Aires, que participaron de diferentes experiencias de intercambio, volvieron al país. Ambos destacaron que el nivel académico de la Facultad les permitió estar al nivel requerido en las universidades en las que estudiaron, e inclusive sentir que tenían conocimientos “de sobra”.

Santiago Laborde tiene apenas 26 años. Cuando estaba en primer año de Ingeniería Electrónica entró a la Facultad, vio un cartel que convocaba a las becas DAAD – Servicio Alemán de Intercambio Académico-  y pensó “tengo que hacer esto”. Esperó algunos años, hasta cumplir con las condiciones, y se anotó.

“Cuando llegó el momento, cumplía con los requisitos de buen promedio, participaba en un grupo de investigación y estaba terminando la carrera, con lo cual cumplía con el requisito de ser estudiante. Me anoté, hubo una lista de preseleccionados, de esa lista quedamos tres, y empezamos a tomar clases de alemán con Matilde. Eso fue a mediados de 2019, y se iba a seleccionar quién viajaría en marzo de 2021”, recordó Santiago.

La pandemia alteró los planes de todos, y los estudiantes de intercambio no fueron la excepción.

“Nos explicaron que iban a cambiar un poco las reglas de juego. Fue horrible que me dijeran algo así, porque uno tenía muchas esperanzas y sueños. Se unificaron dos ediciones, la de 2021 con la de 2022. En marzo de 2022 tuvimos el coloquio de selección, y me eligieron junto a 14 estudiantes más de otras Facultades Regionales del país”, detalló el Ing. Laborde.

A partir de ese momento, los seleccionados tuvieron dos semanas para elegir en qué universidad de Alemania querían estudiar y, en julio de 2022, viajaron.

Santiago Laborde hizo el intercambio en la Universidad Técnica de Múnich. La beca estuvo integrada por tres etapas: la primera, de perfeccionamiento del idioma, con el objetivo de preparar a los estudiantes para afrontar clases completas en alemán.

“Antes de ser seleccionado evalúan tu nivel de alemán. De todos modos, los dos primeros meses te llevan a un instituto de idioma para mejorarlo y asegurarte de que puedas cumplir con las dos etapas siguientes de manera exitosa. Fue una experiencia excelente, a mí me tocó en Colonia, e iba 5 días a la semana, 5 horas por día.Después de esos dos meses nos llevaron a la universidad a la que cada uno había aplicado”, recordó.

La beca que se otorga a los estudiantes se financia en parte por el DAAD y en parte por la UTN, por lo que la universidad establece como requisito para quienes viajen, la aprobación de al menos dos materias.

El entusiasmo por aprender llevó a Santiago Laborde a inscribirse en más materias de lo requerido: aprobó seis.

“La que más me gustó fue robótica. Ya la había hecho acá, es una materia electiva en Ingeniería Electrónica, pero la quise volver a hacer para ver qué enfoque le daban y para seguir aprendiendo. Era un curso de 20 personas, y era una materia de máster”, explicó.

En Argentina las carreras de grado tienen una duración de cinco a seis años, mientras que en Alemania duran tres años, por lo que a los alumnos de la UTN que participaron del intercambio se les permitió cursar asignaturas de grado o de posgrado, según su preferencia.

A pesar del desafío idiomático que los intercambios en Alemania exigen a los estudiantes, Laborde no sólo consideró que tenía los conocimientos necesarios para llevar adelante las cursadas sin problemas, sino que además se sentía “un poco sobrado, en la UTN me tenía que esforzar más”.

Futura ingeniera suelta en Madrid

Valentina Sabelli es estudiante de Ingeniería Industrial. Siempre supo que cuando estuviera en la Facultad quería hacer una experiencia de intercambio en el exterior.

El año pasado llegó ese momento: viajó a España para hacer un intercambio con la Universidad Politécnica de Madrid.

“Como siempre supe que en la universidad quería hacer un intercambio, abrí la web, vi que había que mandarle un mail a Mapi – María de la Paz Sack, Coordinadora del área de Intercambios Estudiantiles de la UTNBA– . Lo que me llamó la atención fue que no se podían hacer materias troncales porque en Ingeniería Industrial las materias son anuales. Entonces, si yo me iba un cuatrimestre, sólo podía hacer las materias electivas de la carrera, que son 4”, detalló Sabelli.

La estudiante presentó, en el Departamento de Ingeniería Industrial, los programas de las asignaturas que tenían programas similares a los de las que ella debía cursar. De esas materias, el Departamento le dio cinco opciones que podían ser reconocidas para su carrera en la UTNBA, y ella eligió las cuatro que le parecieron más interesantes.

“En la Universidad Politécnica de Madrid me aceptaron las materias que elegí y listo. Los que hacen intercambios usualmente se van en el segundo cuatrimestre de España, pero yo me quise ir en el primero, que comienza en septiembre y termina en febrero. Quería hacer un año completo porque era un año de cursada que iba a perder acá. Me fui en marzo, trabajé allá, hice una pasantía, y empecé los estudios en septiembre”, destacó la alumna de Ingeniería Industrial.

Valentina  hizo una pasantía de cuatro meses en el área de operaciones de lubricantes de la firma Repsol, que buscó por su cuenta, aunque recibió ayuda de la Facultad para realizar algunos de los trámites que le solicitaban.

“La Facultad me ayudó mucho con el trámite para poder hacer una pasantía, porque necesitaban el convenio entre universidades. Para eso tuve mucha ayuda de Walter – Ripoll, responsable de la Bolsa de Trabajo de la UTNBA-. Cuando me confirmaron allá que podía hacer la pasantía, empezaron a hablar con la Universidad, porque ellos me pedían hacer un convenio y yo en España todavía no estaba matriculada. Pero se logró”, recordó.

AYUDANOS A COMPARTIR ESTE CONTENIDO