Millennials II: La Facultad estudia el fenómeno
Investigadores de la Facultad analizan las características de las nuevas generaciones de estudiantes para elaborar nuevas estrategias pedagógicas que permitan acercarles el conocimiento de manera amigable.
Dos investigadores de la UTNBA analizan desde 2015 las características de los millennials y cómo deberían adaptarse las metodologías pedagógicas para alcanzar resultados más eficientes.
Los Doctores Zulma Cataldi y Claudio Dominighini son autores del paper “Enseñando a millennials con pedagogías creativas basadas en sus emodemandas”, con el que buscaron caracterizar a la nueva generación de ingresantes a la Facultad y sus demandas pedagógicas.
Se considera Millennials a los nacidos entre 1980 y 2000, quienes desde que nacieron o en su adolescencia adquirieron herramientas tecnológicas.
Los alumnos que ingresan a la UTNBA son millennials, y plantean nuevos desafíos y retos a la Universidad.
“Esto es algo que tenemos que ir trabajando inclusive como Universidad y como Sistema Educativo en nuestro país. Estos nativos tecnológicos tienen una diferencia primero en cómo enfrentar los problemas. Nosotros íbamos de lo particular a lo general. Nosotros veíamos el problema, nos enseñaban primero las reglas básicas: la suma, la resta, la multiplicación y la división e íbamos generando conocimiento cada vez más complejo. En esta generación parten de la problemática general y van a lo particular. No es algo tan secuencial sino que esglobal, holístico”, explicó el Dr. Dominighini.
“Podemos decir – continuó- como hipótesis que los millennials aprenden de forma distinta. No es que son distintos sino que aprenden de forma distinta porque los retos de la sociedad son distintos, el enfoque es distinto, cómo asumen o comprenden este conocimiento. Eso hace que nosotros como investigadores en la Universidad, como docentes de la Facultad, estamos investigando cómo puede enfocarse”.
El investigador de la UTNBA consideró que las características de los millennials obligan a los docentes y autoridades educativas a plantearse la modificación de la didáctica.
“Nuestros enfoque didáctico es que no existe una sola metodología sino un conjunto de metodologías. Este enfoque propone que el tiempo que nuestros alumnos están en la Facultad tenemos que invertir en trabajar con lo que se llama pedagogía invertida: trabajar la problemática y reflexionar en los tiempos en los que tenemos el cara a cara y dejar el tiempo para que los alumnos enfoquen y estudien o ahonden en la problemática fuera del tiempo del cara a cara. Trabajar en el aula la problemática de resolución de situaciones complejas; ni siquiera hablo de ejercicios sino de situaciones complejas”, detalló el investigador de la UTNBA.
Según el paper elaborado por Cataldi y Diminighini, los millennials tienen “una alta agilidad tecnológica, siempre prueban, modifican y mejoran, no temen a los cambios y están motivados para innovar. Para ellos, no existe el pensamiento lineal, tienen una capacidad innata para dedicarse a varias tareas al mismo tiempo”.
En este sentido, las tecnologías digitales pueden contribuir al aprendizaje como herramientas para compartir información y producir conocimiento entre varios alumnos.
“Estas formas pedagógicas mediadas pueden atender con flexibilidad a la diversidad de estilos y ritmos de aprendizaje de los alumnos manteniendo los grupos unidos y ampliando el espacio educativo a lugares distantes sin perder el sentido de la clase. El aprendizaje ubicuo no solo es móvil o fluido, sino que se combina con el llamado aprendizaje “situado” o “auténtico”, conectando los contenidos con problemas del “mundo real” y contextualizando el conocimiento”, sostiene el artículo.
El trabajo considera además, que el reto que presentan los millennials para los profesores es que deben generar procesos de aprendizaje que no sólo permitan transmitir conocimientos sino también captar su atención: “Esta generación trabaja diferente y a su propio ritmo. El reto es mantenerlos entretenidos de tal manera que, mientras utilizan internet en sus dispositivos móviles, al mismo tiempo estén atentos en el aula de clase, interactuando con los temas que se tratan. Les gusta que les presten atención, le den retroalimentación y orientación precisa”.
En este sentido, el trabajo de los investigadores de la UTNBA sostiene que las tecnologías digitales permiten compartir información y producir conocimiento entre personas.
“Estas formas pedagógicas mediadas pueden atender con flexibilidad a la diversidad de estilos y ritmos de aprendizaje de los alumnos manteniendo los grupos unidos y ampliando el espacio educativo a lugares distantes sin perder el sentido de la clase. El aprendizaje ubicuo no solo es móvil o fluido, sino que se combina con el llamado aprendizaje “situado” o “auténtico”, conectando los contenidos con problemas del “mundo real” y contextualizando el conocimiento”, sostiene el paper.
Dominighini aseguró además, que en un principio se discutía si debía utilizarse el celular en clase o no, y se trata de “un objeto tecnológico multitareas que existe. Por lo tanto lo debemos usar como tal. En la actualidad estamos pensando que lo que tenga que ver con test y evaluaciones los alumnos los hagan directamente en su celular y lo envíen o lo resuelvan en forma inmediata. Esta generación busca la respuesta inmediata”.
Esa necesidad de inmediatez, de corroborar que el camino elegido para resolver un problema es el correcto, les permite además corregir sus errores.
“Desde 2015 estamos trabajando con Zulma Cataldi y con otros grupos sobre esta temática dentro de la Universidad, planteando que tenemos estudiantes que son nativos digitales y que tenemos que empezar a pensar para la generación que sigue que es la Z, que son los que nacieron entre 2000 y 2010, que no sólo son nativos digitales sino que además tienen otras características de abordaje de lo que es la cultura, la ciencia, la tecnología”, aseguró Dominighini.
El trabajo elaborado por los investigadores de la UTNBA establece que “es necesario contar con estrategias formativas mediante docentes, investigadores, académicos y directivos como modelos de aspiración personal y profesional. Implementando herramientas para clases interactivas para que el estudiante se sienta estimulado y hasta fascinado. Los relatos, anécdotas y casos de estudios, pueden capturar su atención”. El informe sostiene además, que “transmitir conocimientos con emoción, esa es la clave”.
En paralelo, propone permitir “libertades” durante una clase virtual o presencial, porque los alumnos están habituados al multitasking y “el dinamismo los incentiva”.
Según el paper, se trata de “jóvenes que prefieren la práctica a la teoría, las tareas grupales a las individuales y la información en formato digital a los libros, poseen escasa habilidad para resolver problemas, para seguir una argumentación o una demostración. Tienen dificultades para los pasajes lógicos de un desarrollo hasta llegar a la conclusión y para planificar a largo plazo. Los millennials argentinos leen poco y entran todos los días a Facebook y más de la mitad se comunica con sus amigos por WhatsApp”.
Para Dominighini, estas generaciones conciben a la Universidad como un instrumento de superación, pero le demandan nuevas formas de acercamiento, de conexión con el conocimiento; nuevas formas de producir conocimiento e investigación.
“Para ellos el trabajo tiene mucho que ver con el respeto al ecosistema, al medioambiente. Viven en una cultura mucho más verde, en la que tienen como característica que buscan que la empresa en la que se van a desarrollar tenga ciertas pautas de sustentabilidad”, sostuvo.
En ese sentido, Dominighini explicó que otra de las diferencias con la generación anterior es que los millennials conciben el trabajo no ya como una continuidad en la que pasarán gran parte de su vida profesional sino como una coyuntura que puede ir cambiando, inclusive hasta convertirse en sus propios jefes a través del emprendedorismo.
“Esta problemática la empezaron a abordar sociólogos y antropólogos americanos que veían que la inserción laboral de esta generación es distinta a la anterior. Nosotros veíamos el trabajo como algo continuo a lo largo de muchos años. Una persona mantenía su puesto laboral durante 20 años. Para los millennials es diferente”, explicó Dominighini.