#OrgullosamenteTecnológicos Graduados de la UTN Buenos Aires en ARSAT-1
Los ingenieros Sebastián Benítez, Santiago Pérez Ghiglia, Gabriel Absi, y Martín Absi, participaron del proyecto que puso en órbita al primer satélite latinoamericano geoespacial. Nahuel Rodríguez Vosen, estudiante de la Facultad, también fue parte de la misión.
El 15 de octubre de 2014 pasará a la historia como el día en que la Argentina se convirtió en el primer país latinoamericano en tener en órbita un satélite geoestacionario de construcción propia, el ARSAT-1, que fue lanzado desde la Guayana Francesa para ofrecer servicios de telecomunicaciones al Cono Sur.
El artefacto, que cuenta con una potencia de 3.400 watts, fue desarrollado a lo largo de siete años y fabricado en la ciudad de San Carlos de Bariloche por las estatales INVAP y la empresa Argentina de Soluciones Satelitales (ArSat).
Más de un centenar de profesionales participaron de este proyecto, tanto en la Guayana Francesa; como en la estación terrena de la localidad bonaerense de Benavidez. Entre ellos, se destacan los ingenieros Sebastián Benítez, Santiago Pérez Ghiglia, Gabriel Absi, y Martín Absi, graduados de la UTN Buenos Aires. Asimismo, Nahuel Rodríguez Vosen, estudiante de Ingeniería Mecánica, fue parte de la misión.
A pocos días del histórico lanzamiento UTN.BA en Movimiento se puso en contacto con Sebastián Benítez y Gabriel Absi, quienes compartieron reflexiones sobre su participación en el proyecto.
*
Sebastián Benítez es Ingeniero Industrial, graduado de la Facultad. Una vez recibido, a principios del 2011, decidió irse a vivir a Bariloche, donde se desempeñó como ayudante de cátedra de Física I y de Organización Industrial en la Extensión Áulica Bariloche de la UTN Buenos Aires. Al poco tiempo de radicarse en esa ciudad, ingresó a trabajar a INVAP en el área de Aseguramiento de Producto, Gerencia Aeroespacial, para el proyecto ARSAT-1.
Benítez estuvo presente en el lanzamiento del ARSAT-1 en el Centro Espacial Guyanés. “El fin de mi trabajo es proporcionar confianza al cliente, es decir garantizar que se logren los objetivos definidos de misión de una manera segura y confiable; que todas las tareas que realizamos se hagan en base a lo planeado, con la documentación apropiada, con procesos y personal calificados, registrar y gestionar apropiadamente cualquier tipo de desviación sobre lo planificado, entre otras tareas”, explicó el Ingeniero. “Una parte de la Facultad estuvo presente, para este gran hito de la historia argentina, el primer satélite de telecomunicaciones, diseñado, fabricado, integrado y ensayado por argentinos para los argentinos, -sostuvo Benítez-. Me puso muy feliz poder representar a la UTN Buenos Aires; y así también defender y demostrar la excelencia de la Universidad Pública”.
*
Gabriel Absi, Ingeniero Electrónico graduado de la UTN Buenos Aires, recuerda que empezó a estudiar ingeniería “porque desde muy chico me apasionaba desarmar equipos, ver que tenían adentro, repararlos si podía, entender cómo funcionaban”. Oriundo de Bariloche, el verano previo a recibirse, Absi dejó un currículum en INVAP, y al poco tiempo comenzó a trabajar como Ingeniero Junior. Desde hace tres años lidera el Grupo de Guiado y Control de Satélites que diseña, fabrica, integra y testea el hardware y el software de los sistemas de control de actitud de todos los satélites que realiza INVAP.
Como Director de proyecto internacional en el Área Satelital de INVAP, Absi participó de las etapas más tempranas del emprendimiento, definiendo los requerimientos para cumplir los objetivos planteados y, posteriormente, haciendo el diseño e implementación del sistema de control de actitud de dicho satélite. “Fue un gran desafío para nosotros, porque nunca habíamos trabajado en un sistema como este para un satélite geoestacionario. Tenía que resolver cómo íbamos a hacer la transferencia desde la órbita de parking, a unos 300 km de La Tierra a los 36000 km en su órbita final geoestacionaria, utilizando sensores y actuadores nuevos que no habíamos usado con anterioridad, -resume Absi-. Hoy nos sentimos muy orgullosos y satisfechos con el trabajo hecho, logramos demostrar que los argentinos estamos a la altura de las circunstancias, a pesar de que durante la ejecución del proyecto muchas veces desde afuera pusieron en duda que lo pudiéramos lograr. Hoy somos una de las contadas empresas y países que tienen la posibilidad de hacer un proyecto de semejante envergadura; y, casi sin darnos cuenta, hemos escrito unas líneas de la historia argentina”.
ARSAT-1, tecnología argentina
El desarrollo del ARSAT-1 comenzó en 2007, tras el requerimiento del Gobierno Nacional para que la empresa Argentina Satelital armara una constelación de satélites geoestacionarios que cubriera todo el territorio argentino
El plan surgió ante la necesidad de retener las posiciones orbitales que la Unión Internacional de Telecomunicaciones le había asignado al país. El derecho a estos slots [o “cajas”] se pierden si no se utilizan dentro de un cierto lapso, generalmente tres años, y hasta ahora la Argentina estaba alquilando viejos satélites para mantener los derechos orbitales a un costo de alrededor de 25 millones de dólares anuales.
Este nuevo satélite argentino marca un avance tecnológico de primer orden: si todo sale como está previsto, con este lanzamiento el país se incorpora a la élite de naciones poseedoras del know how indispensable para hacer frente a los monumentales desafíos que implica poner uno de estos aparatos a casi 36000 km de altura para brindar servicios de telefonía y datos, TV e Internet. Los otros siete miembros del club son: Estados Unidos, Rusia, China, Japón, Israel, la India y la Unión Europea.
El estudiante, Nahuel Rodríguez Vosen
A la par de los profesionales, Nahuel Rodríguez Vosen, estudiante de Ingeniería Mecánica en la UTN Buenos Aires, integró el proyecto ARSAT-1. Nahuel ingresó al INVAP hace dos años, y se desempeña en el Área de Aseguramiento de Producto. Dicha unidad se ocupa de verificar y validar que todo lo especificado y acordado se cumpla, de acuerdo a normas y especificaciones; mantiene un registro de calidad de todos los acontecimientos del satélite, y realiza control de calidad en procesos y ensayos determinados.
“Tuve la oportunidad de poder ir a Kourou (Guayana Francesa) al principio de la campaña, con un grupo de profesionales y personas increíbles, con las cuales compartí una experiencia inolvidable y de la cual aprendí mucho, -afirma Rodríguez Vosen-. Durante la campaña participé en verificación y control visual de las integraciones finales del satélite; en el seguimiento y registro de los ensayos funcionales realizados sobre el satélite; del tratamiento de no conformidades y, para la semana del lanzamiento y días posteriores, estuve presente en la Estación Terrena de Benavidez (Buenos Aires) desde la que presencié las primeras maniobras de apogeo, las cuales permiten al satélite acercarse a su órbita geoestacionaria”. Para finalizar, el estudiante sostuvo: “Me siento muy orgulloso de este gran proyecto, que es de todos los argentinos”.
Graduado de la UTN Buenos Aires en la misión Rosetta
Diego Pazos, graduado de la carrera en Ingeniería Electrónica de la UTN Buenos Aires, es Gerente de Operaciones y Mantenimiento de la estación ubicada a 40 km de la Ciudad de Malargüe, provincia de Mendoza, que tiene la Agencia Espacial Europea (ESA) para monitorear sus misiones no tripuladas al espacio.
Durante la misión Rosetta, para lograr que el Robot Philae se posara en el cometa 67P, la estación argentina desempeñó un rol clave sobre el resto de las estaciones: durante los momentos previos y posteriores al aterrizaje en el cometa, recibió la información directa desde Rosetta. Luego, esa información viajó desde Malargüe a Buenos Aires; y, desde allí, a Alemania por medio de la fibra óptica del Plan de Telecomunicaciones Argentina Conectada, del Ministerio de Planificación de la Nación.
¿Cómo funciona la estación? ¿Cuál es tu trabajo allí?
“La estación de seguimiento de satélites de la Agencia Espacial Europea en Argentina tiene como propósito finalizar con la construcción de la Red ESTRACK para estaciones Deep Space, complementando a las estaciones de Australia y España y, en definitiva, dándole autonomía operativa a la ESA durante las 24 hs del día con cualquier punto del espacio.
La estación está optimizada para operar con sondas y satélites distantes, más allá del segundo punto de Lagrange; y en se utiliza desde fines del 2012 para el TT&C (Telemetría, Telecomando y Control) de sondas y satélites en Venus, Marte y otros lugares del Sistema Solar, como el Cometa 67P (Rosetta).
En este proyecto tuve la suerte de poder seleccionar a los profesionales que componen el equipo. Ello me permitió armar un grupo de trabajo muy bien compensado en término de habilidades y de aptitudes personales, todo esto hoy está brindando sus frutos.
El equipo de trabajo en la Estación está formado por ingenieros y técnicos de distintas especialidades. Nuestra tarea de base es la de realizar mantenimiento predictivo y correctivo de todos los sistemas que la componen; desde sistemas básicos, como generadores de energía, sistemas mecánicos y aire acondicionado a sistemas complejos como amplificadores de altísima potencia, amplificadores de bajo ruido criogénicos, sistemas ópticos de transmisión de ondas electromagnéticas y todo el equipamiento de banda base. Asimismo, el equipo está entrenado para operar la estación en fases críticas y hacerlo de manera sistematizada o manual, según el nivel de criticidad que se afronte. Esto es muy importante ya que la estación es operada remotamente salvo en situaciones de emergencia, en la cuales se opera localmente”.
¿Qué considerás que te dio la Facultad, en todas las dimensiones, no solo la académica, para llegar donde estás hoy?
“Estudiar Ingeniería no es fácil ni rápido, mucho menos la especialidad de Electrónica. Hacerlo trabajando complica mucho más todo; aunque el día que te recibís, te encontrás con un Título que certifica tu conocimiento, pero con mucha experiencia sobre las espaldas. Trabajar en simultáneo con la carrera te ayuda a buscar los conocimientos necesarios para el trabajo de todos los días en la Facultad. Gracias a eso pude aprovechar materias que para la mayoría no eran tan interesantes, como Tecnología de los Componentes, donde se realizan análisis de confiabilidad de sistemas complejos, lo cual hoy es utilizado en toda la Industria.
La Facultad te brinda herramientas teóricas y conceptos; pero también te ayuda a forjar el carácter, la paciencia y la seguridad. Hay muchos ingenieros con mucha experiencia en la UTN Buenos Aires, y si los aprovechas, te llevás mucho con vos. El Ing. Rodríguez Mallo; el Ing. Navarro; el Ing. Román; el Ing. Furfaro; el Ing. Salvatore; el Ing. Muíño; el Profesor Leitner, son profesionales que saben mucho. Saben transmitir su conocimiento y te ayudan a conectarlo con la realidad.
Yo creo que los ingenieros graduados de la UTN en general y de la UTN Buenos Aires en particular son distintos al resto. Tengo la certeza de que la Facultad nos forma para posiciones de mucha presión y de toma de decisiones. La volvería a elegir sin dudas incluso sigo conectado con la Facultad ya que tengo a mi hermana Sofía estudiando Ingeniería Industrial en la UTN Buenos Aires, además de que mi padre, Aníbal, es graduado de la carrera de Ingeniería Eléctrica”.