Se comenzó a gestar la filial de ACRE Argentina en la UTNBA
Es un proyecto internacional que busca crear una base de datos meteorológicos a nivel mundial, que servirá, entre otras cosas, para tomar medidas más eficientes de mitigación del cambio climático.
La UTN Buenos Aires forma parte de ACRE Argentina, un proyecto de recuperación de datos meteorológicos desde el momento en el que comenzaron a medirse hasta ahora.
El Proyecto ACRE es un programa internacional de la Organización Meteorológica Mundial, del Instituto de Recuperación de Información Ambiental, y del Citizen Science.
Ese proyecto tiene representaciones en diferentes países del mundo. En Argentina, la sede se encuentra en la Facultad.
El Dr. Pablo Canziani, Director del Proyecto en Argentina explicó que “ACRE significa reconstrucción de la circulación atmosférica sobre la tierra. Y la idea es poder recuperar toda la información meteorológica diaria y horaria que exista en el planeta tierra, que se viene midiendo en todo el planeta tierra desde finales del siglo XIX”.
Para lograrlo el proyecto busca crear una base de datos completa, con información de todos los países del mundo, por lo que las diferentes filiales del proyecto están encargadas de digitalizar todos los documentos disponibles: “De este ejercicio del que participan todas las filiales locales de ACRE: ACRE Argentina, que es la que tiene la sede en la UTN Buenos Aires; ACRE Chile; ACRE Centroamérica o Mesoamérica que tiene sede en Costa Rica; ACRE China; ACRE Japón; ACRE Francia; ACRE Europa. Ese trabajo busca digitalizar los documentos, documentos que antes no se tenían en cuenta”, aseguró Canziani.
En Argentina se buscará no sólo recuperar observaciones que se encuentren en poder de particulares a lo largo del país, sino también en recuperar las que hizo la Armada Argentina y las empresas navieras, las cuales siguieron el modelo británico que obligaba a todos los buques a registrar la temperatura de la atmósfera, del agua, la presión barométrica y la precipitación, una vez por hora.
“Aquí se copió este modelo para obtener información sobre la plataforma continental. El nuestro es, además, el primer país antártico de todo el planeta. La primera base antártica la estableció Argentina en 1903 en las Islas Orcadas. Por lo tanto, una vez al año, uno o dos cruceros viajaron a la Antártida desde ese año y registraron datos. Lo hicieron inclusive en períodos en los que hubo Guerras Mundiales, en los cuales nadie más iba a la Antártida”, explicó el director del Proyecto en Argentina.
El volumen de información es tan grande que los investigadores dividieron el trabajo en dos etapas. En la primera de ellas se fotografía o escanea cada documento y en la segunda, luego se ordena el material, se chequea que las imágenes tengan la calidad necesaria, y se separa el texto de la planilla de datos para que quien se encargue de cargar los datos a las planillas de Excel puedan hacerlo sin mayores dificultades.
“Argentina fue el segundo país en tener una oficina meteorológica luego de Hungría y antes que Estados Unidos. Esa oficina generó los anales de la oficina meteorológica a partir de 1878, de los cuales hemos rastreado algunos de la biblioteca del Ministerio de Educación. Fotografiar página por página ese libro, cuyo tamaño es el de tres guías de teléfono, nos llevó una tarde”, recordó Canziani.
Por otro lado, el proyecto requiere de la creación de una red de ciudadanos científicos: “es convocar a ciudadanos a que den parte de su tiempo para pasar a planillas Excel los datos que se les van a proveer a través de una intranet en la que el ciudadano científico va a tener habilitada una cuenta para que transcriba esos datos, ayudando a la comunidad científica del país. Es un trabajo totalmente colaborativo”, sostuvo.
Con ese esquema se incorporaría a la sociedad al conocimiento científico, es integrar las instituciones del Estado Argentino con la sociedad.
En ese sentido, cada dato debe ser cargado por tres “ciudadanos científicos” para reducir el margen de error. Una vez finalizada la carga deben ser ordenadas, se entregará una copia al dueño de los datos, otra copia quedará para el archivo de la UTN, otra para el Servicio Meteorológico Nacional, un juego para el Centro Europeo y otro para la Base de datos internacional de Estados Unidos, en donde se las va a procesar en modelos.
Los datos recuperados permitirán conocer la evolución del clima y con base en eso, diseñar políticas de mitigación más eficaces.
El grupo
El equipo ACRE Argentina está conformado tres investigadores de la Unidad de Investigación y Desarrollo de las Ingenierías (UIDI), un estudiante becado por la UTN y se seleccionará otro en los próximos meses.
“Tenemos que armar la red de ciudadanos científicos, y nos faltaría un becario más – tenemos una beca disponible- por lo que si algún estudiante se quiere presentar tiene que dirigirse a la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Facultad o visitar la UIDI en Campus. La intención es comenzar a trabajar luego con otras instituciones, sean del Conicet o no, para vincular los datos con la historia. Porque muchas veces es interesante vincular fenómenos meteorológicos con eventos históricos como el cruce de los Andes de San Martín con un período de sequía, por ejemplo”, resaltó Canziani.
El financiamiento
El Proyecto ACRE internacional tiene sede en el Royal Met Office de Exeter, está apoyado por la Organización Meteorológica Mundial. Más de 50 filiales del proyecto hicieron una presentación conjunta para obtener financiamiento y lo obtuvieron de la Comunidad Europea.
“Con eso, en nuestro caso se está financiando la compra de equipamiento para digitalización, los viajes al interior para realizar actividades y también la organización para el año que viene de un taller internacional sobre los mecanismos de procesamiento de toda esta información”, detalló el director del proyecto en Argentina.
“Trabajamos con 50 universidades más – continuó-, la parte sur del planeta es un área de vacancia en investigación en meteorología por lo que nuestros socios son Nueva Zelanda por la parte Antártica, y Sudáfrica. También está Chile, país con el cual también tendríamos que trabajar. Pero la oficina meteorológica a cargo de ACRE Chile está al mando de una fuerza militar por lo que no es tan fácil acceder”.
En nueva Zelanda o Sudáfrica se trabaja con las instituciones meteorológicas o el ministerio de ambiente directamente, y están vinculados entre sí también.
En la medida que se vaya consolidando la estructura del Proyecto en Argentina, Canziani adelantó que tiene previsto ponerse en contacto con las 29 Facultades Regionales restantes “para que hagan una campaña regional en los medios como la que vamos a hacer nosotros a nivel nacional, para invitar a la gente a colaborar como ciudadano científico o que el que tenga datos disponibles los acerque para que se los digitalicemos”, sostuvo.
Fuente de foto: Diario Código San Luis