La comunidad tecnológica en defensa del trabajo de los ingenieros civiles

Esta situación tiene como consecuencia un incremento en el conflicto de incumbencias existente desde hace décadas entre ingenieros civiles y agrimensores. La propuesta del Consejo, de ser adoptada por el Ministerio de Educación de la Nación, perjudicará a más de 40.000 ingenieros civiles de todo el país.

Según la Ordenanza 1030, sancionada el 24 de agosto de 2004 por el Consejo Superior de la Universidad Tecnológica Nacional, dentro de las incumbencias profesionales de un Ingeniero Civil se encuentran las actividades de Mensura, entre las actividades reservadas por la Resolución del Ministerio de Educación Nº 1232/01 bajo la denominación “Trabajos Topográficos y Geodésicos”. Las mismas fueron explicitadas y ratificadas en la Ordenanza 1433/2014. Recientemente la Comisión Ejecutiva del Consejo de Universidades postuló que dichos trabajos no incluyen aquellas actividades.

La disputa se había agudizado cuando, en 2009, el Ministerio emitió la Resolución  Nº RM 284/09 denegando que las actividades de Mensura se encuentren contenidas entre los correspondientes a “Trabajos Topográficos y Geodésicos”, prohibiendo así que esas actividades puedan ser realizadas por ingenieros civiles. A posteriori, una segunda Resolución 247/2010del propio Ministerio de Educación, suspendió la primera hasta que el Consejo de Universidades emita opinión al respecto. La mencionada comunicación del Consejo actualizó y revitalizó el conflicto.

El Ing. Silvio Bressan, Director de la carrera de Ingeniería Civil de la UTN Buenos Aires explica: “El argumento que se esgrime es el de la especial preparación que tienen las carreras de agrimensura para actividades de Mensura. Sin embargo, esto no significa que un Ingeniero Civil, que posee una formación más generalista e incluye estas tareas dentro de la denominación Trabajos Topográficos y Geodésicos, no pueda desarrollar las mismas de manera efectiva, de manera compartida. Deberían poder convivir estas actividades, como las que realizan los ingenieros civiles con los arquitectos, especialmente, y con otras ingenierías, con cuyos profesionales se comparten muchas incumbencias”.

Las actividades de Mensura incluyen hechos jurídicos y técnicos que transcurren en torno a todas las etapas de un proyecto de Ingeniería Civil. Por ello, durante la carrera, sus temáticas son abordadas en diferentes asignaturas de manera transversal; y profundizadas en materias como Geotopografía e Ingeniería Legal. Antes, el título de Agrimensor era un título intermedio en las carreras de los futuros ingenieros civiles. Recién hace pocos años fue creada la carrera de Ingeniería en Agrimensura y reconocida como tal.

El Ing. Bressan argumenta: “Si los  ingenieros civiles no tienen la posibilidad de medir y dar legalidad a todo lo que construyen, pierde sentido parte de la  actividad; no solo el hecho concreto de la construcción, sino su reconocimiento administrativo”. El Ing. Ángel Cano, Consejero Departamental de Ingeniería Civil por el claustro de graduados de la UTN Buenos Aires amplía: “Las actividades de Mensura siempre fueron compartidas. Esta disputa está adquiriendo una dimensión política y social, y eso es lo preocupante; porque en el país hay una cantidad mucho menor de agrimensores que de ingenieros civiles. En los planes de estudio no hubo ninguna modificación que brinde elementos para pensar que un Ingeniero Civil ya no tiene competencias para realizar una tarea que desempeñó durante décadas”.

En contexto, la situación no solo perjudicaría a los ingenieros civiles en funciones; sino a los se están recibiendo en este momento y a los nuevos ingresantes a la carrera, que se graduarán dentro de 7 a 12 años, para quienes en el contrato inicial universitario aparecen las tareas de Mensura como incumbencia.

Por otro lado, el hecho de que estas actividades se vuelvan privativas para Agrimensores e Ingenieros Agrimensores generaría un cuello de botella difícil de subsanar en el corto plazo, al menos sin consecuencias: en la Argentina hay zonas geográficas donde no hay suficientes profesionales ni carreras con alta cantidad de alumnos dedicadas a la profesión; a diferencia de la gran cantidad de ingenieros civiles matriculados y de las 44 carreras de Ingeniería Civil que existen en el país. A la falta de recursos humanos se suma el problema de los costos. “Al incrementarse el trabajo para pocos profesionales, el costo se va a multiplicar; en función del aumento de la demanda, el precio del servicio probablemente crecerá. Es fundamental entender que las tareas de agrimensura tienen una incidencia muy importante en divisiones de propiedad horizontal de edificios, en actividades de parcelamiento de campos y en todo tipo de delimitaciones territoriales. Per se, tiene un costo significativo en el ámbito de la construcción: es un área fundamental para la seguridad jurídica de las construcciones”, agrega el Ing. Bressan.

En el ámbito de la Universidad Tecnológica Nacional, las 17 carreras de Ingeniería Civil que contiene están tratando de generar notas aprobadas por sus Consejos Directivos, con el objetivo de enviarlas al Ministerio de Educación, “en defensa del ejercicio laboral de nuestros actuales y futuros graduados”, en palabras de Bressan. El Ing. Cano amplía: “En la última reunión de graduados de la UTN Buenos Aires comenzamos a articular una red con el resto de las facultades regionales para impulsar un reclamo a nivel nacional, a fin de concientizar sobre la importancia de este tema”. Además, se busca la coparticipación de graduados y autoridades de otras universidades de todo el país.

El Consejo Profesional de Ingeniería Civil es otro actor importante en el marco de este conflicto: Tiene justamente entre sus objetivos defender el ejercicio profesional de sus matriculados. “El tema se trabaja fuertemente, hay una comisión denominada de Incumbencias, que asesora a la Mesa Directiva del Consejo para que desarrolle acciones al respecto”, explica el Ing. Silvio Bressan, quien fue consejero hasta hace pocas semanas y participa de todas las actividades del organismo. El Consejo ya ha enviado una carta documento al Ministerio; y el tema se trabaja también en forma intensa en los diversos colegios de ingenieros de todo el país.

Esta situación de incumbencias, que problematiza la relación entre los agrimensores y los ingenieros civiles, excede el ámbito meramente profesional. En palabras del Ing. Bressan: “Este tema implica una situación de derecho elemental. No es saludable que en beneficio de una actividad se avasalle las posibilidades de trabajo de otra. El país invierte millones de pesos en la formación universitaria, formación que, en este caso, en ocasiones no sería completamente aplicada”; y aclara que esto no significa negar los conocimientos y competencias específicas de los agrimensores, que sin dudas tienen la capacidad de realizar el trabajo; sino ratificar las incumbencias compartidas de los ingenieros civiles, y que estos no pierdan la posibilidad de realizar una actividad que llevan a cabo tradicionalmente”.

“Queremos que, como hasta ahora, ambas profesiones ejerzan esta actividad de manera idónea. El mercado, los usuarios, deberán tener la posibilidad de decidir qué profesional  contratan. Hay que permitir la libertad de trabajo”, sintetiza el Ingeniero.

El Director de la carrera de Ingeniería Civil de la UTN Buenos Aires finaliza: “Tenemos que luchar por el ejercicio ético de las profesiones; y la cuestión mercantil en general, no está ligada a las mismas. La actividad por beneficio económico es para quienes la realizan con ese fin; la actividad profesional tiene una mirada social y superadora. El Estado genera profesionales para que estén al servicio del público, para elevar el nivel de vida de las sociedades; no para que estén disputando circunstancias laborales y económicas de competencias que exceden a las vocacionales”.

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Ing. Silvio Bressan, Director del Departamento de Ingeniería Civil de la UTN Buenos Aires.

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